Los voluntarios entregan tiendas de campaña, sacos de dormir, artículos de tocador y otras necesidades

Publicado en la edición del 12-25 de diciembre de 2018 de Morgan Hill Life

Voluntarios  toman   un descanso durante el evento Amor para los desamparados para disfrutar de un baile bajo la lluvia    Foto cortesía: vivir por encima de la Liguística

Gente que ama a la gente y baila bajo la lluvia. Eso es lo que sucedió en el parque de San Ysidro en Gilroy en un sábado tempestuoso cuando 30 residentes de South Valley ofrecieron  su ayuda a cerca de 150 personas que ahora viven en tiendas de campaña alrededor de los arroyos locales o que encuentran abrigo cálido en la Armería.

El evento del 1ro de diciembre  Amor por los Desemparados organizado por Dori Prado y la Fundación sin fines de lucro Living Above the Influence fundada hace 12 años, animó a residentes a vivir el verdadero espíritu de la Navidad mostrando actos de bondad, amor y compasión por los menos afortunados.

En el grupo de residentes se encontraba Guadalupe Ruiz, una estudiante de último año de la escuela secundaria central de Morgan Hill, que durante los últimos diez años ha estado activa en el programa “chill out” de LATI para jóvenes. Estar en el parque y   proporcionar “bolsas de bendición” a las personas sin hogar- incluyendo algunos que eran adolescentes- le dio  una visión más personal y cercana sobre la cantidad de personas que cada día tienen que luchar si no tienen las ventajas que muchos otros en la sociedad dan por sentado, expresó.

“Realmente me dio un sentido de propósito”, dijo. “Me hizo sentir bien estar aquí y ver a la gente escoger las cosas que necesitaban ya fuera un abrigo o artículos para el cuidado personal.”

En un momento durante el evento que duró cuatro horas, la lluvia comenzó a caer fuertemente mientras los voluntarios corrían  por todos lados proporcionando chaquetas para evitar  que las personas sin hogar que asistían al evento se mojaran y les diera aún más frio. Así mismo se les sirvió café para calentarlos. Ese momento hizo que Ruiz se diera cuenta de cómo el clima invernal y otras condiciones climáticas extremas pueden empeorar la calidad de vida de las personas sin hogar.

“Aunque ellos puedan tener ropa suficiente, las noches aquí en el frío no pueden ser buenas para ellos”, dijo. “Es un problema de salud y seguridad. Creo que aunque le  ayudemos con un día en sus vidas, esto realmente puede hacer una gran diferencia, y eso es lo que realmente nos importa “.

LATI ayuda a los jóvenes y a las familias a lidiar con los desafíos de las drogas y otras influencias dañina para la salud.  A lo largo de los años, Prado expandió la misión para crear una comunidad con base religiosa en el Sur del Condado y así animar a los diferentes grupos religiosos locales a trabajar juntos con el fin de mejorarle la vida a otras personas – y así fue como uno de los proyectos, el evento Loving on the Homeless  se inició.  Entre las organizaciones que contribuyeron con el esfuerzo se encontraban Foothill Community Health Center, Discovery Counseling Center, The Healthier Kids Foundation, Rebekah Children’s Services, CARAS y Second Harvest Food Bank.  Dany Chavez de Star of David Church, David Whitaker de la Iglesia Bíblica Morgan Hill y Larry McElvain de Discovery Counseling  desempeñaron un papel muy importante en la organización del evento.

Los voluntarios pudieron ofrecer a los que lo necesitaban calcetines, gorros, guantes  y artículos de tocador (incluyendo Chapstick, jabón y productos sanitarios para mujeres) con el fin de ayudarles en su vida cotidiana en las calles o en los arroyos.

Una historia que le contó una adolescente sin hogar le trajo lágrimas a los ojos, nos cuenta Prado.

“En el grupo había una niña muy pequeña. Uno de los niños me comentó que ella necesita un saco de dormir.  Yo tenía unos pocos sacos de dormir, tal vez seis o siete, y unas cuantas tiendas  de campaña. Así que fui a verla y le dije: ‘ Oye, ¿cómo estás? ¿Cuál es tu nombre? ‘me respondió que se llamaba Michelle y me dijo: ‘ gracias por hacer esto ‘ “.

Prado colocó suavemente su mano sobre el hombro de la joven y le dijo que era una persona hermosa. Michelle empezó a llorar. “No tengo nada”, afirmó. Prado le dio una tienda de  campaña y un saco de dormir y le preguntó cómo se había quedado sin hogar. “Me quedé atrapada y no puedo salir”, le dijo Michelle.

Usualmente cuando la gente dice eso, hay típicamente drogas envueltas, explicó Prado.

Prado le preguntó a Michelle si necesitaba ayuda. Ella dijo que necesitaba ir a un programa. Prado prometió ayudarla a conectarse con recursos para ayudarla a lidiar con los desafíos que la vida le había traído.

Después de haber finalizado el evento en el Parque, Prado se dió cuenta de que todavía tenían donuts, café y algunas bolsas de bendición, así que fueron a cinco de los lugares donde las personas sin hogares acampan en Gilroy.  Allí vieron a mucha gente que no había participado en el evento, aclaró.

“Tienen miedo de abandonar su campamento porque temen que sus cosas sean tomadas por el personal de la ciudad o robadas”, declaró.

En un lugar cerca de las vías del ferrocarril, conoció a un hombre de 26 años de edad llamado Raymond que ha había estado viviendo en las calles desde que tenía 14 años de edad. Se veía “limpio” y hablaba inteligentemente. Ella le dio una tienda de campaña en una pequeña bolsa. Él estaba realmente agradecido, recuerda Prado.

Ella le preguntó por qué estaba sin hogar. “Estoy a gusto aquí”, le dijo.

Prado dijo, “sabes qué, no quiero oír eso. Eres un chico joven y no perteneces a este lugar “.

Raymond le dijo que no va a los centros de recursos para los desamparados porque tiene miedo de abandonar su espacio y que le tomen sus cosas.

Él le comentó cómo después de que su padre murió, cayó en una profunda depresión. Su madre comenzó a vivir con un hombre que era abusivo. Su madre eligió al novio sobre él. Por eso ha estado en la calle.

“Esa historia me rompió el corazón. No podía dejar de pensar en Raymond “, dijo Prado. “Tiene la misma edad de mi hija y está ahí afuera viviendo en el arroyo.”